This post is also available in:
English (Inglés)
Es interesante cómo cambió mi vida desde el día en que decidí seriamente tocar la guitarra.
Empecé a tocarla hace mucho tiempo, pero algo sucedió en mi camino para convertirme en un buena guitarrista. Recuerdo que fui con mi profesor de guitarra Michael a una tienda de instrumentos musicales en la ciudad de Colonia, en Alemania, donde vivía antes, y compré una bonita Ibanez en madera, una gran guitarra por el precio que me costó.
Después de 4 años de actitud de “solo quiero tocar algunas canciones”, un teclista que conocí me dijo que yo no tenía el talento suficiente para tocar la guitarra. También me dijo que como cantante con una banda de acompañamiento completa no era necesario saber tocar la guitarra.
Siempre me arrepentiré del día que dejé de tocar mi Ibamez acústico porque creía en lo que el teclista me decía. Yo era joven y con poca confianza en mí misma, así que dejé de tocar la guitarra de un día para otro. Después de eso, decidí tocar el violín y un poco de piano, tratando de minimizar el hecho de que realmente podría no tener el talento suficiente para tocar ningún instrumento. Dejé el violin después de casi 5 años por otras razones.
Después de casi 15 años decidí retomar ese desafío de tocar la guitarra.
Ahora sé cuál era el verdadero problema: cantar y tocar al mismo tiempo era el problema, todavía lucho a veces con el tiempo cuando empiezo a cantar con patrones rítmicos difíciles y sé que el metrónomo es mi mejor amigo (o, a veces, incluso mi peor enemigo!).
Ahora: ¿por qué cambió mi vida? Porque toco y hago ejercicio todos los días, empiezo el día con algunos ejercicios de dedos en mi guitarra, aprendo a leer notas con ella, voy a clase de guitarra todas las semanas y hago mis tareas como una buena alumna en la escuela, tengo muchas ganas de aprender algo nuevo cada día. Mi guitarra es parte de mi agenda diaria, así como mi práctica de canto.
Ahora empiezo a mirar las guitarras de otra manera, no tan triste como antes. Me parecen sexys, leo libros y revistas sobre ellas y he empezado a estudiar teoría musical para guitarristas y me divierte. Limpio mis guitarras cada dos domingos y cambio las cuerdas con regularidad, las cuido y ¡hasta les doy un nombre!
Ahora quiero divertirme tocando y cantando, y con mi visión de tocar bien, evito juzgarme a mi misma tocando o practicando.
No necesito mostrarle a nadie que soy buena tocando un instrumento, ya que lo estoy haciendo por mí, por mi música, por mi vida.
Me he perdido años de aprendizaje, claro, pero aprendí la lección más grande de mi vida, y la aplico ahora a otras situaciones en mi vida. Siempre voy por ello cuando creo en algo, no me importa lo que digan los demás, aprendí a escucharme genuinamente y me encanta. Ahora quiero creer en mi misma, en mi capacidad de aprender algo así desafiante.
Estacioné mi primera guitarra en la casa de mi mamá, así que cuando voy a verla, tengo mi vieja y linda guitarra allí para tocar.
Ahora no solo tengo una Ibanez, ahora también voy por Fender, Lag, Taylor, Dean…
Este es el comienzo de mi historia, ¡estén atentos para más publicaciones!
La vida ha cambiado y me gusta.